De nuevo nos toca colocar a un político en el parlamento europeo para que nos represente de forma adecuada, o eso debe de hacer. De nuevo nos piden ayuda para ser los elegidos. Nos comen la cabeza con promesas para ser un referente en esta Europa cada vez más poblada y competitiva. Sin olvidarse de despotricar unos de otros sobre lo que puede pasar si están unos, o sobre lo mal que podemos estar si están otros. Entre trajes regalados, vídeos de perros asesinos, aviones militares y viejos errores políticos, nos bombardean diariamente por la tele, la radio o los carteles publicitarios sin dejar respiro.
Al final, siempre haremos lo mismo. Meteremos una papeleta en un sobre cerrado e iremos a votar. Si estamos en lo cierto o no, nunca lo sabremos por que nuestro trabajo termina en el momento en que nos introducen nuestra papeleta en la urna. A partir de ahí, el partido ganador hará lo que le parezca sin consultarnos para nada.
Ya no volverán a molestarnos hasta que vuelva a haber otras elecciones. Nos queda el consuelo de que somos imprescindibles un día cada uno o dos años.
ROMUALDO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario