MI FUNCIÓN.


Marionetas fuimos de un mundo de títeres.
Colgadas de finos hilos de sedal.

Nos movieron a su antojo sin pensar en nosotros.
Nos levantamos cuando nos mandaron.
Nos sentamos por la misma razón.

Nos enrollamos para sentirnos vivos, pero no conseguimos más que ser castigados.

Fuimos un juguete entre las manos de un niño.
Sentimos su brutal acoso de novedad.
Pero pronto seríamos olvidados en una esquina llena de polvo y telarañas.

Solos, intentamos sentirnos vivos y ser autónomos.
Pero acostumbrados a ser movidos sin rechistar no fuimos capaces de dar un paso.

Ahora esperamos que nos dirijan de nuevo en una obra que antes odiábamos.

Nunca estaremos a gusto.

ROMUALDO.

No hay comentarios: