ME REPUSE Y GANÉ.

Dicen que el alcohol cura las heridas.
Así que me propuse curar las mías con una botella de “bourbon”.
Bebí hasta perder el conocimiento, pero la herida seguía latente.
Probé a jugar con drogas más duras para ver si así acababa de hundirme más.
En una semana gaste la mitad de mi vida, sin darme cuenta de que no había llegado a ninguna parte.
Solo a un precipicio en el que el fondo llevaba mi nombre.
En un momento de lucidez di un paso atrás e intenté recomponerme.
Me costo varios meses recuperar mi forma.
Ahora vuelvo a ser el mismo de antes.
Me sigue doliendo la herida, pero he aprendido a vivir con ella.

ROMUALDO

No hay comentarios: