Vi los colores de la aurora con todo su esplendor.
Divisé en el cielo muchas y variadas nubes con formas caprichosas.
Conocí la mar azul y los ríos verdes.
Me fascinó la flor de los cerezos en primavera.
La luna llena nunca me pareció tan blanca como aquella.
Las sombras de los cipreses en verano se asimilaban a una pared de rayas blancas y negras.
Vi el color de tu piel, de tu pelo, de tus ojos.
Vi todo eso y más, aunque soy ciego.
ROMUALDO.
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