Un borracho londinense entra en un típico autobús de dos pisos y a la entrada se encuentra con el revisor. Este le mira y le dice:
-Vaya al piso de arriba.
El borracho se queda en el sitio tambaleándose sin decir nada.
-¡Pero bueno!-vuelve a decir el revisor-.No se quede ahí parado, suba al piso de arriba que aquí no hay sitio.
El borracho que le hace caso y sube hasta arriba.
Cuando llega, mira a un lado y a otro, y vuelve a bajar dando tumbos.
El revisor que lo vuelve a ver y le dice:
-¿Esta de broma, no le dije que subiese arriba?
-¡Si ya!-dice el borracho-Pero es que en la parte de arriba no hay conductor.
Dos hombres que conversan en el bar.
-Pues como te digo. La convivencia con mi mujer es cada día peor. No la soporto más.
-Y ¿por qué no la echas de casa?-le dice el otro hombre-.
-Si es que cuando llego a casa me grita de tal forma que no me atrevo a decirle nada.
-Lo que tienes que hacer es llegar con firmeza a casa-le comenta el amigo-. Entras dando un portazo y le dices: “María, a la calle. No te soporto más.”
-Pues tienes razón. Esta misma noche se lo voy a decir.
El hombre que llega casa, abre la puerta y al cerrarla de un portazo le grita a su mujer:
-María, a la …
Esta que se encuentra detrás de la puerta con la escoba y le grita:
-¿A la que?
A lo que el marido le responde:
-A la bi., a la ba., a la bim bom ba. María, María y nadie más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario