Fui victima de una ilusión.
Esclavo de una pasión.
Cegado por su belleza, perdí la noción del tiempo y el clima.
Creí que había llegado la hora de ser feliz.
Pero de nuevo de mí se reía el destino.
Me pusieron la miel en los labios sabiendo que caería como las moscas al azúcar.
Se rieron de mí sin importarles que me dolería la caída más que cualquier bofetada.
Fui victima de una ilusión por bajar de nuevo la guardia.
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