Un señor entra en un bar y le dice al camarero.
-¡Por favor!
A lo que le contesta el camarero.
-Un momento. No ve que estoy hablando con esta persona.
El señor se queda un tiempo callado y luego vuelve a decirle.
-¡Camarero! Por favor.
-Tranquilo, ya se que esta ahí.-Le replica-.
De nuevo espera el cliente hasta que cansado vuelve a decirle.
-¡Camarero!
El camarero se vuelve a él y le contesta.
-Haber. Que pasa.
-Pues nada, dando una vuelta…
De nuevo en el mismo bar entra otra persona y llama al camarero.
-¡Camarero! Una cerveza.
-Un momento. Que estoy atendiendo a alguien.
El tipo mira a ambos lados y no ve a nadie, así que le vuelve a llamar.
-¡Camarero! ¿Puede ponerme una cerveza?
El camarero le vuelve a decir lo mismo.
-Tranquilo. No ve que hay mucha gente.
El tipo vuelve a mirar a ambos lados y sigue sin ver a nadie.
Como le daba la espalda cogió un cenicero y se lo lanzó a la cabeza. Al momento el camarero se voltea y le dice.
-¡Pero bueno! ¿Esta usted tonto?
A lo que le contesta el cliente.
-Con toda la gente que hay, como sabe si fui yo.
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